Hace semanas que la política local transcurre por aguas mansas, marcando una más que notable diferencia con la efervescencia con que se está viviendo la de Estado. Es como el cauce del Guadalquivir que, turbulento con ocasión de lluvias torrenciales, está a punto de perder la corriente y quedar encharcado. Quizá toda esta mansedumbre sea consecuencia del estío, tiempo vacacional por excelencia, y de la dureza térmica del verano cordobés. Tanto calor no nos deja resuello para otra cosa que no sea respirar, limpiarse el sudor y aliviarse cada uno como mejor puede. No se retiran crucifijos de los despachos, ni se intenta hacer lo mismo con el cuadro del arcángel protector de la ciudad. Tampoco se acometen las obras del Marrubial, que cada día está peor. El lío montado por al Ayuntamiento a cuenta de la cementera Cosmos está como adormecido. El estado del Pósito, siendo Bien de Interés Cultural, continúa siendo lamentable y su destino incierto. El espectáculo audiovisual del Alcázar de los Reyes Cristianos no se proyecta porque continúa su trámite de adjudicación. En los museos municipales no hay novedad: permanecen cerrados en los momentos de mayor afluencia turística en la ciudad. Continúan, por cierto a buen ritmo, las obras de la Ciudad de la Justicia y también las de la Biblioteca Pública del Estado. El llamado C4 continúa como hace años, cerrado a cal y canto. El contenedor cultural aéreo deteriorándose cada día más, afeando el entorno. Las comisiones creadas a cuenta de la puesta en marcha delMetrotrén estancadas con sus estudios y analizan las ventajas e inconvenientes de los posibles modelos y formas de ponerlo en funcionamiento. Hay bronca a cuenta de los actos de celebración de la Velá de la Fuensanta… donde en el Ayuntamiento sólo acierta cuando rectifica como con el cuadro del San Rafael Arcángel. Nada nuevo.
Es cierto que la concejal de Participación Ciudadana, Hacienda, Salud y Consumo, y Vivienda sigue trabajando -al menos eso es lo que nos ella dice- en su proyecto de atizarle una subida del cincuenta por ciento en el IBI a los pisos desocupados de la ciudad. Pese a su laboriosidad, no será el año que viene. La alcaldesa no está muy convencida de lo que esta concejal quiere hacer y los del PP, por su parte, amenazan con toda clase de litigios al sostener que el planteamiento de la edil comunista carece de base legal e intentos similares en otras ciudades han sido echados por tierra en los tribunales. No sabemos si la iniciativa de esta edil ha sido tomada en su condición de responsable de Vivienda o lo hace en su condición de concejal de Hacienda. En cualquier caso tiene un afán de voracidad recaudatoria y un fuerte tufillo electoralista, aunque lleva ya mucho retraso frente a lo que fueron sus promesas recién estrenado el cargo. Por lo pronto no le será posible aplicarlo tampoco en 2017. Así que también en esto las aguas están remansadas.
Como en el Córdoba CF, cuya defensa hace las mismas aguas que el año pasado y lo que los delanteros consiguen, atrás no son capaces de conservar. Con todo, hasta ahora los minutos finales parecen no ir tan mal como en temporadas anteriores. Lo que no mejora es la ciudad deportiva, remansada en un conflicto al que no parece encontrársele solución.
Respecto a la cultura las aguas no están remansadas como consecuencia del termómetro, llevan así desde que su gestión cayó en manos de la nueva concejala.
(Publicada en ABC Córdoba el 10 de septiembre de 2016 en esta dirección)